Tal y como os decía el viernes, he pasado el fin de semana en Gijón, motivado por el comienzo de su Semana Negra. Era la primera vez que iba, y ha tenido que ser en la edición número veinte. El tren negro procedente de Madrid, en el que viajaban los diversos escritores (muchos y de muy variados lugares), que participan en este encuentro cultural, llegó a Gijón a eso de las siete, donde fue recibido por el Presidente de Asturias y la Alcaldesa, para dar comienzo oficial a diez días dedicados a la cultura, con la novela negra como referente. Todo ello, aderezado con las típicas atracciones y puestos de venta (en donde puedes encontrar casi todo) de cualquier feria (aunque aquí mejor ordenados). A la fiesta se suman algunos de los locales de ocio nocturno de la ciudad, instalándose en el recinto del Molinón durante esos días, para acoger a un público joven mayoritario, en busca de diversión.
Lo que los organizadores llaman la coartada cultural de la Semana Negra (fuera de ahí es como cualquier recinto ferial de una gran ciudad en fiestas) ocupa un lugar destacado en la programación. Presentaciones de libros; encuentros con escritores; exposiciones de fotoperiodismo; debates; presencia de organizaciones sociales, reivindicativas (por ahí andaba el consejo de la juventud local, también). Todo ello, con un estilo propio muy acentuado, que responde, en buena medida, a la personalidad del fundador y director de la Semana Negra: Paco Ignacio Taibo II, un escritor mexicano (aunque nacido en Gijón, huyó de nuestro país porque la dictadura perseguía a su familia) que vive en México D.F., autor de decenas de novelas (muchas de ellas policiacas) y de alguna biografía. Una de estas últimas es la única que merece la pena leer del Che. Tuve la oportunidad de conocerlo (me lo presentó un amigo que conoce a mucha gente) y se lo dije, lo cual agradeció y, muy comercialmente, me invitó a leer su último libro: la biografía de Pancho Villa, que no dudé en comprar para que me lo firmase.
El sábado por la tarde, estuvimos en varias presentaciones de libros, en este caso relacionados con la novela gráfica (cómic de nivel, bien encuadernado y para mayores). Allí nos encontramos con el madrileño afincado en Cantabria, Enrique V. Vegas, fiel a su peculiar estilo, pero la que mas me gustó fue la estadounidense Jessica Abel, que nos habló de su última novela «La Perdida». De allí me fui con su dedicatoria, dibujo incluido por supuesto, y ocupé la mañana del lluvioso domingo en leerla (intercalada con El País).
En fin, la Semana Negra es un evento interesante, por el que pasan más de un millón de visitantes cada año, en el que puedes encontrar de todo, y también algo de cultura, y mucho de compromiso (por algo cuando gobernó el PP en el Principado la quiso cerrar).
De todas formas, a mi lo que más me gusta de Gijón es pasear por sus calles: Carlos Marx, Dolores Ibarruri, Pablo Iglesias, Salvador Allende, Gaspar García Laviana…