Universo personal

23 01 2009

No sé por qué pero estos días me he acordado mucho de cuando, en mis cumpleaños adolescentes, mi tío Jaime (el único varón de la larga familia de los Benito González) me regalaba música, música muy diferente a la que yo entonces escuchaba, que era, básicamente, todo lo que tenía que ver con tupés, sí, hubo una época en que el pelo me daba para llevar tupé, ¿qué pasa? Recuerdo especialmente un disco doble de Leonard Cohen y otro de Tracy Chapman. Le agradezco mucho a Jaime, más aún con el paso del tiempo, el detalle de ampliar mi universo con cosas nuevas, diferentes… Yo trato de hacer lo mismo con la gente a la que quiero.

Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by
You can spend the night beside her
And you know that she’s half crazy
But that’s why you want to be there
And she feeds you tea and oranges
That come all the way from China

Estos días estoy volviendo a escuchar mucho al Sr. Cohen, no sé si para entender mejor a uno de sus nietos más ilustres, Nacho Vegas, o simplemente por el intenso placer que me produce la música de verdad, esa que es exclusiva de arquitectos de la palabra como Leonard o Bob Dylan. En los últimos días estoy volviendo a escuchar al Sr. Cohen y me he acordado de esos regalos de Jaime que pretendían ampliar mi universo. En las últimas navidades quise devolver, de alguna manera, el gesto y le regalé a Álvaro, su hijo, mi pequeño gran primo, un libro de Eduardo Galeano y creo que acerté, igual que acertaba Jaime.

And just when you mean to tell her
That you have no love to give her
Then she gets you on her wavelength
And she lets the river answer
That you’ve always been her lover

Escribo esto mientras disfruto de Suzanne, que ya es disfrutar, que ya es emocionarse, y lo escribo convencido de la necesidad de ampliar constantemente mi universo personal, hacerlo cada día, descubrir cosas nuevas, de la mano de alguien o por mí mismo, investigando, leyendo, abriendo bien los ojos, diversificando, viviendo, y a ratos, sólo a ratos, sufriendo un poco…

And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you’ve touched her perfect body with your mind.