En estos días de rebajas, aderezadas con una intensa y molesta lluvia, los que más perdidos están son los turistas que se acercan a Santander, vestidos con pantalón corto y chancletas.
No tengo muy claro, por los extraños itinerarios que les observo adoptar, si saben si hay algo que hacer, en esta ciudad, en caso de días lluviosos. El otro día escuché a la Concejala de Turismo de Santander que no hay oficinas de información turística en las estaciones de bus y trenes porque los santanderinos saben bien donde están los jardines de Pereda (allí está la oficina en cuestión). Digo yo que el reto será informar y guiar a los turistas, que los de aquí ya no necesitamos planos y consejos sobre hoteles y restaurantes.
En esta ciudad, entregada al turismo estival, el Ayuntamiento no ha previsto el aumento (indiscutible) de personas que nos visitan, gracias, sobre todo, a la mejora de las comunicaciones por avión y, al final, la capital se está convirtiendo en lugar de paso (obligatorio) para visitar otros lugares turísticos de nuestra región. Política de promoción turística para Santander debería ser algo más que Baños de Ola y guías turísticos. Y en ese algo más, el Ayuntamiento ni está, ni se le espera.
Pero todavía se puede hacer peor. Esta mañana lo han demostrado, con creces, en la presentación del Santander Summer Festival. Una joya con la que el PP se encontró casi sin querer (un día contaré la historia), en la que nunca creyó, y que se ha venido celebrando, un poco por inercia, otro poco por no dar que hablar demasiado. A día de hoy, el deterioro de la imagen del festival es evidente, empezando por las fechas (un martes y miércoles en mitad de agosto); su cartel (sólo 6 grupos confirmados y más lo mismo y poca cosa, para lo que se esperaba); o el compromiso presupuestario del Consistorio (180.000 euros, muy lejos de lo habitual en estos casos).
Que al PP le da un poco igual esto de los jóvenes (lo de la cultura ya ni te cuento) estaba claro, pero tenían una buena coartada con el summer. Ahora ya, ni eso. Y que no vengan con el cuento de que es «así de flojo» porque sólo aportan ellos, porque bien que se lo han gastado (sin control) en el inacabado Parque de las Llamas.
Aún así, tendremos que escuchar a algún abstencionista, o mediovotante del PP, decir cosas como: «bueno, mejor esto que nada»; «hace tres años no existía festival»; o «bastante que siendo del PP hagan un festival de música».
Termino de escribir este post escuchando, bajito, a Durán i Lleida, portavoz de CIU, en el debate sobre el Estado de la Nación. Hace un rato he visto el «cara a cara» ZP vs Rajoy. El jefe ha estado convincente, agresivo y Presidente. En menos de un año, elecciones. Estas las ganaremos seguro. ZP se lo merece y este país también.
Mientras tanto, en Cantabria, hoy otra vez, llueve sobre mojado.
adicto a las palabras 
Sueño con que algún día pueda enorgullecerme de mi ciudad sin avergonzarme de sus gobernantes. Pero como eso puede quedarse en un utópico sueño, intento cambiar las cosas por mi misma y quejarme de todo lo que veo que está mal en esta ciudad, y sobre todo, ejerzo mi derecho al voto.
Me gusta lo que escribes, sigue así, aunque sólo sea para darnos esperanzas.
Pues sí. Se puede decir sin ser demagógico ni catastrofista que el Summer Festival ha estado mal gestionado y que los responsables de su organización -la ejecutora es la empresa, pero la responsabilidad es del ayuntamiento de Santander- no lo han hecho bien.
El mundo de la música se encuentra en una fase de adaptación al nuevo mercado que pasa por una profusión de conciertos de los artistas en vivo, muchas veces, sobre todo en verano, en festivales, hasta el punto de que todas las comunidades tienen ya su festival.
La mayor competencia debe hacer a los festivales diferenciarse por la calidad y por ser mejor que los otros. Y eso, desde luego, no se puede conseguir si se conoce el cartel parcialmente tan sólo un mes antes de la celebración, cuando el resto de festivales se conocen desde hace meses y lo elevado de su precio hace que el público festivalero seleccione bien adonde va. Dudo que el Summer Festival haya estado siquiera en su agenda cuando ha sido un festival casi clandestino, que curioso, como todo lo relacionado con la música en la ciudad.
No sé si es culpa de la empresa, organizadora pero desde luego, los gobernantes que la contratan tenían que conocer la lógica de los festivales y la situación de la música si quieren jugar un papel digno en ese complicado panorama. Supongo que conocer la realidad es la base para tomar decisiones.
Gracias por decirlo en alto. Me gustaría que alguien se lo dijera a los responsables directamente en el salón de plenos para conocer sus razonamientos.
Sigue soñando. Dicen que los sueños son el preludio de la realidad. A Santander también le tiene que tocar, algún día no muy lejano, saber lo que es la alternancia política. Abrir las ventanas (como el blog de Ruth); oxigenarnos; conocer algo nuevo; y darnos cuenta que se pueden hacer las cosas de otra manera (lo hemos visto estos cuatro años en el Gobierno regional).
En los tiempos que corren, ejercer el derecho al voto ya es un paso. Intentar cambiar las cosas, es una aportación personal y colectiva más necesaria que nunca. Quejarse debería ser un ejercicio de ciudadanía e higiene democrática obligatorio.
Gracias por lo de las esperanzas. Escribir este blog me está aportando más de lo que pensaba. Si encima le sirve a alguien más, estoy absolutamente encantado. Es la magia de la comunicación bidireccional y directa.
Hay algo que está claro. Los políticos no pueden (o podemos, si quieres) saber de todo. Y además tiene que ser así. De lógica de festivales; de como está el mercado de la música; de los cachés de los grupos; o de como negociar con los duros managers, los que saben son las empresas especializadas. Si tu decisión como político, gestor, etc…es no dejarte asesorar (con las reservas necesarias, claro), lo normal es que cometas errores.
De la Serna y su equipo no tienen ni idea de festivales de música. Si me apuras, ni falta que hace. El problema está en que tomaron, hace tiempo, la decisión política de que el Summer Festival no es prioritario. Es más, si se deja de hacer tampoco les importaría mucho. Por eso ponen trabas, rebajan su aportación presupuestaria o, simplemente, no le prestan la atención que un evento de ese tipo se merece. Es por esto, entre otras cosas, por lo que, como bien dices, en Santander la música (que no sea clásica o folclórica) es un poco clandestina y destinada a luchar, cada día, por su supervivencia.
Mi experiencia de estos cuatro años me dice que es necesario mucho esfuerzo para dar pequeños pasos en el ámbito musical en Santander. Y de mucho esfuerzo, de mucha gente (productoras, músicos, alguna institución amiga y ciertos periodistas), hemos conseguido abrir (y consolidar) espacios para la música (de aquí y allá) en el Ferry, el Paraninfo de la UC, el Conservatorio, el BNS, el Dique de Gamazo, etc…Todo ello ha supuesto un poco de luz en el camino. Y lo hemos hecho, siempre, sin el concurso del Ayuntamiento (que a veces se dedicaba a poner piedras), ¡qué casualidad!
Por último, estoy seguro que en el salón de plenos se hablará del summer. O así debería ser, vamos.
por favor raul cuentanos la verdadera historia del summer.
No me provoques, que la cuento…jeje…Una pista: Summer Festival hubiera sido igual, posiblemente. Pero habría cambiado la primera (y más importante) parte del nombre.
Cantabria SUmmer festival?
Atinado comentario el tuyo que habría que complementar con el informe que publica la revista Consumer (http://revista.consumer.es/web/es/20070701/actualidad/tema_de_portada/71751.php) que en su último número se dedica al turismo urbano.
Santander suspende y de ahí la salida de mi tocaya justificando la buena formación del personal municipal en esas tareas.
Pero se le olvida que durante los últimos años, Santander ha tenido el privilegio de contar con un Plan de Excelencia Turística (PET) que ha propiciado una inversión importantísima en la ciudad (inversión que ponen las tres administraciones: nacional, autónomica y local). ¿En qué han gastado el dinero? Básicamente en adecentar el Barrio Pesquero, que ya era hora, y en la señalización (acción obligatoria para todas las ciudades que disfruten de PET).
Otra oportunidad perdida, como lo fue el 250 aniversario de la concesión del título de ciudad u otras, porque al PP esto de sentar las bases para el futuro les pilla siempre desentrenados. Mejor quedarnos como estamos hasta la inanición final.
No, no era Cantabria. Era un Municipio.
Gema: Está muy bien el informe de la revista Consumer. Basta con pasear por las calles de la ciudad para ver que es normal que suspendamos (suspendan).
Lo del Plan de Excelencia Turística es más o menos como lo del famoso Urban (Santurban). Se hicieron cosas (sólo faltaba), pero sin ninguna planificación, criterio, ni modelo de ciudad (todavía no lo tienen, ni lo tendrán).
En lo de sentar las bases para el futuro se pueden asociar con Marcano y su Jubileo, del que ha quedado poca cosa, salvo el lógico aumento de turistas.
[…] Tanta alegria yo creo que me da para una metafora, pero uno no sabe muy bien que escoger, porque aunque se hayan celebrado la mayoria de los plenos de adjudicación de concejalias, envestido el “presidentuco” de Cantabria , y estemos atentos a la batalla del nombramiento de Directores Generales y Consejeros, uno tiene la sensación de que no sopla el viento. Debe ser cosa de la cortesía de los 100 días lo que le impide a la derecha criticar la salida de la carcel del bribon de Ruiz Mateos (tambien por motivos de salud y humanitarios) o lo que NO nos impide decir que la situación del “Summer Festival”, es infumable. […]